Quien pudiera...

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Toda mujer que se precie de soñadora standard repaso millones de veces largas historias de amor donde ella misma, fuera la doncella en disputa. Hasta sin tomar los clásicos casos de Julieta o una cinematográfica Ilsa Lund, se pueden encontrar ejemplo por doquier de damiselas que sin mayor esfuerzo le quitan el sueño a los hombres.  Mujeres que presentan virtudes incomparables frente a los ojos y corazones masculinos; virtudes que a la mayoría de nosotras, no nos tocan. Depende el gusto de la soñadora sera en el cine, la música, la televisión o literatura donde encuentre sus historias, las mías en particular están en la música o la literatura, géneros nobles si los hay. He soñado innumerable cantidad de veces ser la misteriosa Maria Iribarne a la que mata el atormentado pintor en "El Tunel" de Sabato; la calida Adela que describe Alejandro Casona en "La Dama del alba", ocupando vidas viejas y despertando amores nuevos o la inspiradora y verdadera Matilde de Neruda.Y para agravar esa vieja costumbre de soñar, las canciones nos repiten al oído lo especiales que somos con nombres que no son los nuestros; cuando el calor llega esta parte del planeta y el sol se deja ver mas de lo habitual todas soñamos ser la inigualable "Garota de Ipanema" de Vinicius de Moraes y Tom Jobim; cuando en la melancolía buscamos viejos discos nos posee la eterna "Lucia" de Serrat; sintiéndonos desdichadas y peregrinas nos imaginamos la vida como "La Lola" de Cafe Quijano y con algo de orgullo nacionalista somos la cotidiana "Paulita" de Sabina o aunque sea su anónima "Rubia de la cuarta fila".
Por ningún motivo en especial en mis ensoñaciones se lleva los laureles la altiva "Flaca" de Jarabe de Palo, con una presencia envidiable, con esas vidas desordenadas que tanto le gustan a ciertos hombres, con ese sabor a inconveniencia que los atrae como imán. Es una pena que mi imaginacion no sea tan prospera para lograr ser ella y que de todas las canciones que pedí, no tenga ninguna.